20 abril, 2012

Aquellos que se quitaban la venda aparecían sin ojos.


Para presentar la canción “We just can´t see” fotografiamos a mucha gente, a unos con los ojos vendados y a otros quitándose la venda. Aquellos que se quitaban la venda aparecían sin ojos.

Muchos nos quitamos una venda de los ojos y nos creemos que ya lo vemos todo con claridad, con esa venda fuera nos conformamos. Pero detrás de una venda hay otra y luego otra... si uno aspira a ver la vida con algo de claridad no puede dejar un sólo día de quitárselas. No sé si existe un último escalón, al igual que tampoco sé cual fue el primero y si lo hubo. La venda que no nos deja ver no es la anterior es la siguiente.

La realidad cambia conforme cambian nuestros ojos, nuestra manera de mirar, no creo que nadie pueda atreverse a decir: “¡esto es así!”. Pero las vendas no transforman la realidad, no ofrecen perspectivas, la ocultan. No es bueno que las cosas permanezcan ocultas, no es bueno que hayan elementos que no alcancemos a ver. Nuestras decisiones se basan en la información que tenemos de las cosas, en definitiva de lo que somos capaces de contemplar. Si no somos capaces de ver, nuestras decisiones estarán condicionadas por esa falta de información, las decisiones diseñan nuestra vida y la de los demás.
La mayor diferencia que existe entre el ser humano y el animal es la capacidad de decidir. Casi me atrevería a decir que, para un ser humano, esa es una de las diferencias entre estar vivo y estar muerto, o dicho más suavemente: entre remar o ir a la deriva.

Imaginad un juicio en el que al acusado lo condenaran sin suficientes pruebas, sin tener una información contrastada de lo sucedido, a sabiendas de que gran parte de lo ocurrido permanece oculto y es determinante para conocer su culpabilidad o inocencia.

Para presentar la canción “We just can´t see” fotografiamos a mucha gente, a unos con los ojos vendados y a otros quitándose la venda. Aquellos que se quitaban la venda aparecían sin ojos.

Y es que hay mucho falso profeta que se ha quitado una venda y ya cree que tiene una visión lo suficientemente “panorámica” para “guiar” a los demás. Como expresa la canción: “demasiados dioses...”. Detrás de una venda hay muchas más, y cada uno las tenemos colocadas de manera distinta, ni siquiera tenemos las mismas. Cada persona tiene que ver las cosas por sí mismo y algunas cosas hay que ir viéndolas poco a poco. Si pasamos de la oscuridad a una luz muy intensa podemos permanecer ciegos mucho tiempo, la retina de nuestra conciencia es muy sensible a los grandes contrastes. Al contrario pasa lo mismo, si ya has visto no cierres los ojos.

Aquellos que se quitaban la venda aparecían sin ojos: La venda que no nos deja ver no es la anterior es la siguiente.




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