La semana pasada un amigo me preguntó
si la actuación que íba a realizar Mei Ming en las estación de metro era
gratuita. Le dije que sí, pero no le estaba diciendo toda la
verdad.
Cada persona que se paró a escucharnos
nos dio algo muy preciado, algo que no me atrevería a decir que es
gratuito porque es algo que una vez lo das no lo vuelves a recuperar
nunca.
Nos dieron tiempo, su tiempo. Nos
dieron una parte de su vida. Hubo gente que vino expresamente a
escucharnos y personas que pasaron por allí y decidieron parar y
quedarse unos minutos con nuestra música. En una estación de metro
donde todos vamos con prisas, donde solo entramos para llegar lo más
rápido posible a otro lugar, la cotización del tiempo es muy
elevada. Y recibimos mucho tiempo. Sentimos en nosotros el tiempo de todos
aquellos que permanecieron inmoviles desde el principio hasta el
final y sentimos en nosotros el tiempo que nos daban todos aquellos que frenaban
su paso hasta detenerse.
Ese tiempo es lo que le da vida a
nuestra música, vuestro tiempo. Si nadie se parara a escuchar los temas de Mei Ming, Mei Ming no
tendría vida. Mei Ming permanecería en hibernación hasta que
alguien se parara a escucharlo.
Gracias Jose Cubelles y David Micó
(enclavedeblog.com) por estar organizando estas fantásticas
jornadas, sobre todo por la encantadora forma en que lo hacéis.
Esperamos que este sea el principio de un largo camino a compartir
juntos. Y gracias por haber permitido que nos dieran parte de su
tiempo tantas personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario